Vista de lejos. La Botica: la Farmacia moderna.

CAPÍTULO III

EVOLUCIÓN DE LA FARMACIA

Y

LA BOTICA DEL MUSEO DE LA HUERTA

Como consecuencia de esta regulación comenzaron a organizarse los diversos Colegios provinciales (e incluso locales pues, aunque por breve espacio de tiempo, los hubo en Cartagena y Lorca). El de Murcia se fundó a instancia de la Real Sociedad de Amigos del País que cedió como sede inicial la suya de la calle de la Sociedad. Corría el inicio del año 1897.

El 1 de julio de 1904 por Real Orden, quedó declarada Corporación Oficial y constituida la primera Junta de Gobierno que tenía como Presidente de Honor a D. Manuel Martínez Albacete y efectivo a D. Federico Gómez Cortina.. En aquella aparecen apellidos tan vinculados e la profesión como: Moreno, Medina, Ruiz Seiquer, Ferrán, Bolarín…y entre los asociados otros no menos ilustres, Rosique, Pardo, Serrano, Sánchez Solís, Soriano…

Automóvil frente a la Farmacia de López Leal

El primer farmaceutico que se inscribe en el naciente Colegio para ejercer en Alcantarilla es D. Enrique Lopez Menárguez, que con el numero de colegiado 32 inicia su trabajo el 20 de diciembre de 1899. El cartel anunciador de su botica es el que está colocado a la entrada del la sala que describimos del Museo de la Huerta. A su fallecimiento, a mitad de 1929, siguió en su farmacia, que estaba situada en la calle Mayor, frente a lo que hoy es el Jardín de la Constitución, D. Rafael Moreno de Linart, colegiado 223. En 1905 se había instalado D. Jose Maria Lopez Calahorra (colegiado 92) al que, en 1818, sustituyo su hijo D. Jose Maria Lopez Leal (colegiado 134) en la "farmacia de las escaleras". Don Jose Arnaldos Gimeno (colegiado 193) puso su farmacia en 1926 y a su muerte en 1929 le sustituyó D. Francisco Menáguez Garcia (colegiado 131) al que en 1959 siguió su hijo D. Francisco Menárguez Arnaldos casi simultáneamente con la apertura de la de D. Juan Antonio Delgado García. Durante doce años Alcantarilla mantuvo abiertas cuatro farmacias. 

Desde la creación del Colegio Oficial de Murcia ha pasado muy ilustres farmacéuticos por las diversas Juntas de Gobierno que han tenido que capear con infinidad de problemas profesionales. Han sido Presidentes Antonio López Gómez, José Pardo Fernández, José Moreno Galvache, Mariano Lumeras Carmona y Baldomero Rodríguez Ruiz hasta la terminación de la guerra civil, tras la cual, y perdonando las trágicas muertes de los compañeros, Enrique Ayuso, Miguel Gallego, Fulgencio Cerón, Francisco Carrión, Francisco Ortega, Juan Mustieles y Modesto Maestre, se formó una nueva Junta Directiva ratificada por Asamblea General. La presidía Enrique Gelabert Aroca acompañándole, Mariano Artés, Ruiz Seiquer Alcaraz, José María López Leal, Purificación Gómez Ochando, Juan Álvarez Gómez, Emilio López Sánchez-Solís y Félix del Valle.

El siguiente Presidente fue Enrique Ayuso Serrano que construyó la actual sede social del Colegio en sustitución del viejo entresuelo alquilado y que estuvo muy introducido en la vida social local como ser Presidente del Real Murcia (para el que compró el campo de fútbol de La Condomina). Le siguió Domingo de la Villa y Fernández de Velasco, que había sido Alcalde de Murcia, Presidente de la Real Federación Murciana de Fútbol, Delegado del Gobierno en la Confederación Hidrográfica del Segura y Presidente de la Hermandad Farmacéutica Murciana. Además de conseguir importantes logros, desató la llamada “la guerra farmacéutica” contra el Consejo General de Madrid, consiguiendo, tras muchos avatares y disgustos, la total democratización de la profesión a todos los niveles. La mayoría de los Colegios profesionales, y en especial los Farmacéuticos habían funcionado siempre dentro de unas normas democráticas en todas las circunstancias. Tras los breves periodos de las presidencias de Pedro de Haro y Paco Mora, llegamos a la época posterior a la que corresponde a cuanto se expone en nuestro Museo. Así dejamos la historia y pasamos a describir las piezas que componen la "Sala de Botica" dentro del Mueso Etnológico de la Huerta de Murcia.

José Antonio Caride de Liñán.

  

Editado por: La Redacción.