Historias, cuentos y poesías de uno que quiso ser actor y lo consiguió.
MACLOVIA
MACLOVIA
Llegas cuando aún me atan cadenas,
cuando la noche del tiempo
cubre de nieve mis sienes.
De los rincones de mi pecho
saltan temblorosas luces nuevas.
Veo en tus ojos horizontes infinitos
de tiernas promesas imposibles.
Me persiguen tus labios,
y siento retumbar en mis entrañas,
tus manos, tus muslos y tus pechos.
Déjame amarte
como viento ceñido a tu cintura
y dame la cadena para atar el tiempo
Es inútil soñar, lo sé, pero te sueño.
Es locura tenerte, pero te siento.
Déjame sentir tus cálidos labios,
déjame besar tus menudos párpados
y percibir tus delicados dedos.
Maclovia, mi vida,
acoge estas palabras que son sentimientos.
Guárdalas en el fondo de tu alma.
Dos vidas somos
pero sin tu vida no hay vida.
Estarás en mi memoria y en mi silencio.
Me gusta, Don José, gran maestro de la escena.
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