lunes, junio 23, 2014
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MONARQUÍA O REPÚBLICA

Hay un revuelo, no creciente, pero sí insistente, de un sector de la sociedad que con tesón y ruidosamente, urge la necesidad de decidir si nos hemos de gobernar como una monarquía o una república.


Como en España llevamos solo cuarenta años de democracia, no sabemos con seguridad cuales son las diferencia que ambos sistemas tienen a la hora de enfocar la resolución de los problemas de la nación, que es de suponer que es de lo que estamos hablando.


Los ignorantes nos preguntamos como gobierna una república y como una monarquía para poder ver los pros y los contras y poder decidir sabiamente. No por intuición o por sentimientos predeterminados, sino usando la razón.

Por lo pronto, tal como ya dijo en su día Aristóteles, “un montón de gentes no es una república”, así que el alboroto no nos debe servir a la hora de la decisión. Ese montón de gentes sirve para cualquier cosa menos para constituir una República.

Me dicen que hay dos clases (al menos) de repúblicas: la presidencialista y la parlamentaria, porque otros tipos (por ejemplo la hereditaria de Corea del Norte o Cuba) tienen que ser desechadas de antemano.

Las repúblicas presidencialistas (Estados Unidos, Argentina…) son aquellas en las que se confunden el Jefe del Estado y el Jefe del Gobierno. Es la misma persona elegida democráticamente según diversas fórmulas, pero siempre de entre los partidos existentes. Del comportamiento de estos depende la estabilidad de la nación. En Estados Unidos, por ejemplo, los demócratas y los republicanos se soportan y el partido perdedor acepta al Presidente como propio, y democráticamente, espera las siguientes elecciones para cambiarlo.

A los partidos políticos españoles, tan desprestigiados, sobre todo por su afán de ocupar todos los sectores dela sociedad y la generalización de la corrupción, ni por asomo los veo capaces de aceptar un Presidente de otro partido. ¿Se imaginan lo que haría el PP si el Presidente fuese Rodríguez Zapatero gobernando a su gusto? Pero, y si el Presidente fuese José María Aznar ¿lo aguantaría “Podemos”, IU ó gran parte del mismísimo PSOE? Las calles serían campos de batalla constantes.

Habría, como es natural, la posibilidad de una república parlamentaria en la que el Presidente fuese lo más neutral posible, el Jefe de Gobierno de algunos de los partidos y ambos puestos elegidos democráticamente. He dicho, lo más neutral posible, aunque no suele suceder así, por ejemplo en Francia, donde se da con frecuencia el caso de tener que cohabitar (ser de dos partidos diferentes y opuestos). Los presidentes de la República Española fueron bastante poco neutrales y el que intentó serlo (Niceto Alcalá Zamora) fue destituido de una manera absolutamente ilegal. ¿Qué diferencia hay entre un Presidente y un Rey parlamentarios? Que el primero cambia cada tiempo y el otro dura toda la vida. Pero para ello se ha preparado desde su nacimiento y en el ejercicio de su misión (sobre todo en la representatividad ante los países extranjeros) su experiencia, que  acumula exponencialmente, lo que la hace  mucho más fructífera.

Decididamente son los partidos políticos, con su actitud, los que me apartan de la idea de república. Me refiero a los partidos políticos españoles. Partidos que en esencia son los continuadores de la responsabilidad del fracaso de los dos intentos que en España ha habido de República.

De la primera, poco hay que decir, aparte de la buena intención de unos pocos y del salvajismo de otros. 

La segunda es otra historia. Como se sabe, el gobierno del Rey, ante el desbarajuste con el que se había salido de las Dictaduras de Primo de Rivera y de Balaguer decidió convocar elecciones constituyentes, pero antes se dispuso celebrar las municipales. El resultado de éstas fue aplastante: los republicanos obtuvieron 5.875 concejales frente a los 22.151 que tuvieron los monárquicos. Sin embargo aquellos, con el argumento absolutamente democrático (¿) de que los votos cultos de las capitales (habían ganado en 41 de las capitales de provincias) valían más que los de los pobres ignorantes rurales, que además se dejaban mangonear por los patronos, decidieron dar las votaciones por ganadas, lanzándose plebiscitariamente a la calle y obligando a dimitir al gobierno y al Rey.

Esa manera tan irregular de instaurarse no fue la causa de su fracaso. Doña Dolores Ibarruri (“La Pasionaria”) lo dijo con claridad en unas declaraciones que le oí por televisión. Las primeras que concedió a su venida del destierro: “Durante la República en vez de dedicarnos a la consecución de la libertad, la igualdad y la justicia nos dedicamos a luchar contra la Iglesia Católica y esa fue la causa de la guerra y el motivo de la derrota. No se tuvo en cuenta que España era (y es, añado yo) mayoritariamente católica”. Y además añadió, espero que nunca más cometamos ese error. (Búsquese en las hemerotecas) 

Termino con otra cita que creo que es Wiston Churchill: “Una monarquía parlamentaria es una república en el sentido tradicional porque el poder reside en el pueblo”. Este es el caso de nuestra monarquía, de modo que ¿Porqué cambiarla por un régimen con tanto riesgo y de tan nefasto recuerdo?



Yo creo que mi opinión es clara, pero también les compartida por muchos, incluso socialistas, que racionalmente aceptan la monarquía como la solución más adecuada. Los que quieren república ¿no querrán realmente un régimen en el que ellos fueran los reyes? ¿Y en el que nadie más tuviese acceso al poder?

La bandera tricolor nunca fue la de España. Solo cinco años, 1931 a 1936 (de los cientos de años que nuestra patria puede considerarse nación) fue la bandera, pero de "la República Española" o sea que los que no se considerasen republicanos no estaban representados. Desde 1936 a 1939 también lo fue del bando republicano, pero cada vez seguido por menos, por el constante retroceso de sus fuerzas. En la Primera República la bandera siguió siendo rojigualda aunque desapareció la corona real. El morado de la de la segunda fue idea de Alejandro Lerroux para incluir los colores de Castilla. (Quizá la Castilla de los Comuneros).



José Antonio Caride de Liñán.
  
Editado por: La Redacción.

1 comentarios:

  1. ¿Son ciertos esos resultados en las elecciones del año 1931? No lo sabía

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