ETA
REESTRENA COMEDIA
Cuando
yo era joven, los estrenos teatrales a los que se les quería dar lustre,
subían el telón los Sábados de Gloria, que era el día en el que
la Iglesia Católica celebraba la resurrección del Señor. Se
estudiaba hasta el más último detalle para conseguir el éxito: desde el vestuario a la
iluminación pasando por la publicidad y la elección de los actores.
La expectación de los aficionados era máxima y cualquiera que se
tuviese por tal, no se perdía los mejores estrenos.
Ahora
no es lo mismo. Para estrenar una comedia basta con una buena
publicidad y tener la cartera bien repleta para pagar a los actores.
¿Qué pensarían Armando Calvo, Amparo Ribelles o Imperio Argentina? ¿Qué
pensarían Aurora Redondo, José Caride, Marsillach o Rodero? Ahora, unos frescos se llenan los bolsillos por interpretar unos papeles que no han precisado ni ensayo previo. Presencian la muestra de unas pocas armas (que los asesinos se llevan después) y ese es el papel por el que cobran sus buenos dineros además de pagarles viajes, hoteles y restaurantes del máximo nivel. ¿Donde podemos apuntarnos?
Lo
peor que puede sentarle a la ciudadanía es saber que se la toma por
estúpida. Esta gentuza de ETA debe estar convencida que somos
tontos. ¿Y qué pensar de los verificadores mediadores? Bueno, mediadores viene de
medio, esto es, estar en la mitad de las dos partes. Qué yo sepa
solo estaban en medio de una de ellas: la maloliente de los asesinos, que es la que paga. La otra, la de
la gente honrada, las víctimas del terrorismo, fuerzas armadas y el gobierno de
España, no tengo noticias que haya sido ni consultada.
Finalmente
quiero dolerme de la oportunidad perdida de que la policía hubiese
irrumpido en el acto y detenido a los etarras (como tales se
presentaron) y a los mal llamados verificadores, como colaboradores con banda armada.
Como
se conoce a los protagonistas de la comedia, aún tengo esperanza de
verlos a todos entre rejas.
Editado por la Redacción.
José Antonio Caride de Liñán.
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