lunes, enero 27, 2014
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¡MURCIA ES UNA NACIÓN!
¡VIVA MURCIA LIBRE!


Después de siete años de bachiller estudiando historia, nuestros pérfidos profesores pasaron por alto la heroica batalla en la que Murcia fue derrotada por la centralista Madrid y condenada desde entonces a ser una simple provincia, perdiendo todo su glorioso pasado. Si bien que nos hicieron estudiar nuestras batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas lo fue de manera muy superficial y sin embargo la de Las Navas de Tolosa, con tan poca relación con la historia de nuestra amada y gloriosa nación, bien se explayaron.


En 1873, concrétamente el 10 de agosto, nuestras fuerzas, gloriosamente mandadas por el insigne Tonete Gálvez y el ilustre general Juan Contreras cruzaron nuestras fronteras en ferrocarril, en busca de la gloria. Avanzaban sin encontrar la menor resistencia por parte de los jefes de estación que, plenamente identificados con la revolución, daban vía libre a la expedición en la que ondeaba la gloriosa bandera cantonal. (Al no haber podido encontrar una, se usó la de Turquía tiñendo la media luna con la sangre generosa de uno de nuestros heroicos voluntarios).

El traidor ejército del taimado general Martínez Campos, sin el menor aviso, levantó a la entrada de la estación de Chinchilla un tramo de vía, por lo que el tren de nuestros heroicos soldados hubo de detenerse precipitadamente. Los centralistas, sin el menor miramiento, aprovecharon el desconcierto para atacar a los valientes murcianos que sorprendidos se vieron en la necesidad de volverse hacia Hellín con algunas pérdidas. Hace falta cobardía para atacar en tales circunstancias. El campo manchego se tiñó de la sangre de los héroes que la dieron por la independencia de nuestra querida patria Murcia, mientras el viento de la gloria arrancaba de los árboles las hojas de laurel para situarlas en las frentes gloriosas de nuestros valientes.


Perdimos 500 hombres, de ellos 28 jefes y oficiales, 51 vagones de ferrocarril, cuatro cañones y 250 fusiles, pero nuestra honra no solo quedó incólume sino alzada a la más sublime cumbre de la gloria sembrando de mártires los campos de la meseta.

A partir de entonces, nuestros valientes, victoria tras victoria, fueron retrocediendo hasta encerrarse en Cartagena, para escribir allí, entre sus muros, una de las más gloriosas páginas de la historia de Murcia y por ende del mundo. Desde el esplendor de Cartago Nova al hechizo de Ib al Arabi, jamás nuestra patria alcanzó niveles de tanta gloria: tuvimos moneda propia, nuestra escuadra luchó heroicamente, en condiciones de clara inferioridad, con las de Gran Bretaña y Prusia en la Bahia de Portmán, y aunque nos apresaron las fragatas “Almansa” y “Victoia”, aún nos queraban en puerto nuestro buque insignia la “Numancia” y las Tetuan, “Méndez” y “Fernando el Católico”. ¿Cuántas naciones tienen tales fuerzas navales? Tuvimos nuestro gobierno, encargándole la cartera de Asuntos Exteriores al Sr. Gálvez que a punto estuvo de anexionar nuestra Nación a los Estados Unidos de América por oferta oficial inconclusa y que de haber tenido tiempo para concretarla, hoy día seríamos parte de la Unión (de Norte América, no de la otra) y sin perder nuestra independencia, hablaríamos inglés, aunque fuese un poco apanochado. Por si fuera poco, en las visitas de nuestras fuerzas a Málaga, Almería o Alicante, de una manera generosa y espontánea, nos fueron entregadas cuantiosas sumas de dinero como reconocimiento de nuestros derechos nacionales.

¿Alguien en su sano juicio puede dudar que somos una Nación?... y una Nación, gloriosa en su cuna y heroica en su historia. Las Provincias Vascongadas, ¿alguna vez han tenido ministro de Asuntos Exteriores? ¿Lo tuvo Cataluña? ¡Ni en tiempos de Roger de Flor, ni antes ni después! Seamos serios, solo la gran Nación Murciana.

Exijamos a Madrid nuestros derechos. Pidamos que se nos paguen todos los gastos de nuestra guerra de independencia y se nos restituyan sin más demora los 250 fusiles y los tres cañones. Además, a cuantos trenes vienen de Madrid añádanse los 21 vagones que nos rompieron. Por último, exigimos que los árbitros que actúen en los partidos del Murcia, le piten en todos, al menos, un penalti a favor, en los partidos de fuera y dos en los de casa. ¡Tenemos nuestros derechos inalienables! ¡Ya está bien que se nos robe desde Madrid! 

¡España nos roba!

Ha llegado el momento en el que unamos nuestras fuerzas para romper el yugo al que nos tiene sometidos el centralismo de Madrid.

Murcianos, gritad conmigo:
¡Somos una Nación!
¡Viva Murcia libre!
¡Abajo la tiranía de Madrid!
Post data:


Cuando se celebre el referendum de independencia, y seamos de hecho lo que somos por derecho, en el primer gobierno de la Nación Murciana, creo tener merecido ser Ministro de Hacienda, por mi desinteresado esfuerzo en pro de nuestra independencia. 

Editado por Jose Antonio Caride de Liñán.

1 comentarios:

  1. Pues puedes contar con mi voto. Y ahora a poner el panocho como lengua vehicular.

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