¡MURCIA
ES UNA NACIÓN!
¡VIVA
MURCIA LIBRE!
Después de siete años de bachiller estudiando historia, nuestros pérfidos profesores pasaron por alto la heroica batalla en la que Murcia fue derrotada por la centralista Madrid y condenada desde entonces a ser una simple provincia, perdiendo todo su glorioso pasado. Si bien que nos hicieron estudiar nuestras batallas de Tesino, Trebia, Trasimeno y Cannas lo fue de manera muy superficial y sin embargo la de Las Navas de Tolosa, con tan poca relación con la historia de nuestra amada y gloriosa nación, bien se explayaron.
En 1873,
concrétamente el 10 de agosto, nuestras fuerzas, gloriosamente
mandadas por el insigne Tonete Gálvez
y el ilustre general Juan Contreras
cruzaron nuestras fronteras en ferrocarril, en busca de la gloria.
Avanzaban sin encontrar la menor resistencia por parte de los jefes
de estación que, plenamente identificados con la revolución, daban
vía libre a la expedición en la que ondeaba la gloriosa bandera cantonal. (Al no haber podido encontrar una, se usó la de Turquía tiñendo la
media luna con la sangre generosa de uno de nuestros heroicos
voluntarios).
El traidor
ejército del taimado general Martínez
Campos, sin el menor aviso, levantó a la
entrada de la estación de Chinchilla un tramo de vía, por lo que el
tren de nuestros heroicos soldados hubo de detenerse
precipitadamente. Los centralistas, sin el menor miramiento,
aprovecharon el desconcierto para atacar a los valientes murcianos
que sorprendidos se vieron en la necesidad de volverse hacia Hellín
con algunas pérdidas. Hace falta cobardía para atacar en tales circunstancias. El campo manchego se tiñó de la sangre de
los héroes que la dieron por la independencia de nuestra querida patria
Murcia, mientras el viento de la gloria arrancaba de los árboles las hojas de laurel para situarlas en las frentes gloriosas de nuestros valientes.
Perdimos
500 hombres, de ellos 28 jefes y oficiales, 51 vagones de
ferrocarril, cuatro cañones y 250 fusiles, pero nuestra honra no
solo quedó incólume sino alzada a la más sublime cumbre de la
gloria sembrando de mártires los campos de la meseta.
A partir de
entonces, nuestros valientes, victoria tras victoria, fueron
retrocediendo hasta encerrarse en Cartagena, para escribir allí, entre sus muros, una de las
más gloriosas páginas de la historia de Murcia y por ende del mundo. Desde el esplendor
de Cartago Nova al hechizo de Ib al Arabi,
jamás nuestra patria alcanzó niveles de tanta gloria: tuvimos
moneda propia, nuestra escuadra luchó heroicamente, en condiciones
de clara inferioridad, con las de Gran Bretaña y Prusia en la Bahia de Portmán, y aunque
nos apresaron las fragatas “Almansa” y “Victoia”, aún nos queraban en puerto nuestro buque insignia la “Numancia” y las Tetuan, “Méndez” y
“Fernando el Católico”. ¿Cuántas naciones tienen tales fuerzas
navales? Tuvimos nuestro gobierno, encargándole la cartera de
Asuntos Exteriores al Sr. Gálvez que a punto estuvo de anexionar nuestra Nación a los Estados Unidos de América por oferta oficial inconclusa y que de haber tenido tiempo para concretarla, hoy día seríamos parte de la Unión (de Norte América, no de la otra) y sin perder nuestra independencia, hablaríamos inglés, aunque fuese un poco apanochado. Por si fuera poco, en las visitas de nuestras fuerzas a Málaga, Almería o Alicante,
de una manera generosa y espontánea, nos fueron entregadas cuantiosas
sumas de dinero como reconocimiento de nuestros derechos nacionales.
Exijamos a
Madrid nuestros derechos. Pidamos que se nos paguen todos los gastos
de nuestra guerra de independencia y se nos restituyan sin más
demora los 250 fusiles y los tres cañones. Además, a cuantos trenes
vienen de Madrid añádanse los 21 vagones que nos rompieron. Por
último, exigimos que los árbitros que actúen en los partidos del
Murcia, le piten en todos, al menos, un penalti a favor, en los
partidos de fuera y dos en los de casa. ¡Tenemos nuestros derechos
inalienables! ¡Ya está bien que se nos robe desde Madrid!
¡España nos roba!
¡España nos roba!
Ha llegado
el momento en el que unamos nuestras fuerzas para romper el yugo al que nos
tiene sometidos el centralismo de Madrid.
Murcianos,
gritad conmigo:
¡Somos una Nación!
¡Viva Murcia libre!
¡Abajo la tiranía de Madrid!
Post data:
Cuando se celebre el referendum de independencia, y seamos de hecho lo que somos por derecho, en el
primer gobierno de la Nación Murciana, creo tener merecido ser
Ministro de Hacienda, por mi desinteresado esfuerzo en pro de nuestra
independencia.
Editado por Jose Antonio Caride de Liñán.
Editado por Jose Antonio Caride de Liñán.
Pues puedes contar con mi voto. Y ahora a poner el panocho como lengua vehicular.
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