jueves, diciembre 12, 2013
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Historias, cuentos y poesías de uno que quiso ser actor y lo consiguió.

TEATRO ROMEA

El teatro Romea fue la casa donde la fantasía y también el misterio dieron rienda suelta a mi imaginación.



La primera vez que entré en él, de la mano de mi padre, ya produjo en mi interior una mezcla de sensaciones. Aquél mi primer día de teatro tenia yo nueve años y se iba a representar don Juan Tenorio. Observé como, poco a poco, iba entrando el publico, que hablaba quedamente, como si no se quisiera romper el fluido extraño que flotaba en el aire; porque allí había algo que invitaba al recogimiento, algo misterioso y mágico. Aquella representación dejo en mi una huella imborrable. Durante semanas tuve ante mis ojos los distintos sucesos de la obra. Desde entonces siempre que me siento en el patio de butacas del algún teatro me aíslo de lo que me rodea y me sorprendo, unas veces riendo a carcajadas, otras realmente emocionado con lagrimas en mis ojos y siempre con algún pensamiento sobre el ser humano y su entorno.


Desde aquella primera vez, fueron muchas las veces que me senté en sus butacas, antes de atreverme a subir a su escenario. Porque a mi el escenario me producía pavor. Tal era el respeto que me merecían los que en él actuaban.

La decisión de ser actor, fue poco a poco metiéndose en mi alma. Hasta que viendo una obra de Miller interpretada por Carlos Lemos, me dije: "Algún día yo trabajaré con ese actor". Años más tarde yo trabajaba con Lemos haciendo uno de sus hijos en esa misma obra de Miller. La obra se llamaba "La muerte de un viajante".


Todo ser humano tiene un "caldo de cultivo", entre comillas, que le prepara y le impulsa en la vida. El mío, sin duda alguna, fueron las representaciones que vi en el Romea.

La primera vez, ya decidido a ser actor, que me subí a un escenario fue en este teatro. La primera vez que actué como profesional fue en ese teatro y la primera vez que como director presente una obra fue en ese teatro.

De alguna manera el teatro Romea marcaba mis variaciones en mi carrera. Desde aquella primera decisión de subirme a un escenario, pasando por la de ser actor profesional y acabando por la de director.

Confieso que siempre he sido un soñador y un romántico empedernido y creo que todo nació desde la butaca del teatro Romea. Sí, estoy seguro que todos mis sueños y todas mis ilusiones nacieron aquí, en las entrañas de mi querido Teatro Romea.




Editado por: Actor José Caride.

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