viernes, diciembre 20, 2013
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Historias, cuentos y poesías de uno que quiso ser actor y lo consiguió.


Madrid

A la Plaza de Oriente, con el hermoso palacio y el mirador sobre la salida hacia Extremadura, solía yo llegar al atardecer y después de un pequeño deambular y una mirada al horizonte, me sentaba en uno de sus pétreos bancos al pie de las "reales" estatuas visigodas. Wamba era el rey que custodiaba uno de sus lados, por eso le llamé el banco de Wamba. Desde ese banco contemplaba el paseo de las gentes y "soñaba".

Madrid ha sido para mí la ciudad del ensueño. Cuantas más ciudades conocía mas me gustaba Madrid. No dejaba de reconocer la belleza de algunas de ellas. Pero para mí, Madrid, tenia algo especial y entrañable. Algo que no sabría definir, pero que llenaba mi alma de sentimientos, de bondades y de grandes luchas románticas.

Como Tenorio viví en alguno de sus barrios el tiempo suficiente para encontrarme con gentes alegres, abiertas; prestas a la ayuda y a la generosidad. Y como Tenorio encontré, venciendo siempre el primero al segundo, el amor y también el desamor.


La Castellana, San Bernardo, Quevedo, Serrano, la Plaza de España, la calle Alcalá, la Puerta del Sol, el Retiro, la Plaza de la Ópera,Preciados, Arenal...

Sus terrazas...

La Casa de Campo...

Poco a poco, por mi oficio, fueron otros los espacios recorridos; digamos que solo vivía las zonas centrales de la ciudad: el Comercial y la zona del Teatro Maravillas, el Gijón y el María Guerrero, el Dorín y el Teatro Español o la Comedia y el Reina. La Plaza de Santa Ana era como el patio de mi casa, tantos son los años que he vivido en los escenarios cercanos a ella.

El Recoletos y el Cómico ya desaparecidos.

La ciudad fue convirtiéndose para mí en un gran escenario, y salvo los días de descanso que empleaba en alguna exposición o en ver algún espectáculo o alguna que otra mañana de museos, Madrid acabó siendo el gran escenario de mi oficio y de mi vida.

Ahora, metido de lleno en el gran escenario, mientras recuerdo las representación en algunas de sus bellas plazas, busco el momento de acercarme a la Plaza de Oriente, alejándome de sus coches y de su siniestra circulación, para volver a soñar con el gran ESCENARIO del hermoso MADRID, en el pétreo banco de WAMBA.





Editado por: Actor José Caride.

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